martes, 24 de marzo de 2009

PAUSA

Muchas veces nos dejamos consumir por el activismo de "tener que hacer cosas para Dios", "que a Dios le agrada que le sirvamos" y que "es bueno devolverle a Dios lo que Él nos ha dado".
He escuchado muchas veces estas expresiones...
Algunas de ellas me parecen muy verdaderas, pero lo que más me sorprende es la capacidad que tenemos de fabricar el perfil de un cristiano.
El activismo nos hace perder el centro de quienes somos en realidad: personas que han nacido de nuevo, no por lo que hicieron, harán o dejan de hacer, sino por la solo gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Y estoy seguro que Dios no quiere que "hagamos demasiadas cosas por él".

Siempre me he dado cuenta por mi propia experiencia, y tambien por la de amigos cercanos, cristianos, que lo que deleita mas a Dios, es cuando le dejamos a El hacer en nuestros corazones y vidas, lo que El estima conveniente: disponernos...

Por lo mismo les invito a hacer una pausa y meditar en cuánto estamos "haciendo" y cuánto estamos "siendo" y "dejando hacer a Dios".

Cuando podamos nuevamente retomar nuestra senda, podremos servir de mejor manera, y no nos ocurrirá lo que he visto a muchos amigos pasar: dan, y dan, pero no se dieron el tiempo de dejarse pulir, trabajar y/o esculpir.

Salmo 51: 10 dice:

"Crea en mi oh Dios un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi"

Ahora la pregunta es:

¿Estás dejando a Dios trabajar en tu corazon?